Vuelo nupcial de las abejas reinas

Hacia finales de primavera, nacen los zánganos y también las futuras reinas. En esta época del año, se produce un cambio de reina.

La vieja soberana abandona la colmena, acompañada de un grupo de obreras, y se posa en la rama de un árbol. Sus acompañantes se reúnen a su alrededor formando un apretado racimo; se ha formado un enjambre.

Poco después de su marcha, nace la primera joven reina, que recorre la colmena en busca de sus rivales, a las que mata cuando todavía están indefensas dentro de sus celdillas. Si alguna ha salido ya, se enfrentan en un combate a muerte.

Durante el vuelo nupcial, la nueva reina sale de la colmena, seguida por varios zánganos. La reina es fecundada por algunos machos, que mueren al intentar separarse de ella.

La vencedora emprende el vuelo nupcial. Vuela muy alto y los zánganos la siguen atraídos por su olor. El macho fecunda a la reina en el aire y cuando intenta separarse de ella se le desgarra el abdomen y muere; la reina vuelve a la colmena.

Antes, la vieja reina ha abandonado la colmena, seguida por muchas abejas. Se detienen en la rama de un árbol, formando un enjambre.

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El resto de los zánganos vive todavía un tiempo a expensas de la colonia. Ahora ya no tienen ninguna utilidad; por eso, al acercarse el invierno y escasear el alimento, las obreras los expulsan de la colmena y no dudan en atacarlos si intentan volver a entrar. Los machos, que no pueden alimentarse por sí solos, mueren al cabo de poco tiempo.

La larva real que nace primero recorre las celdillas y mata a sus rivales. Y si se encuentran dos jóvenes reinas fuera de las celdillas, se enfrentan en un combate a muerte. La vencedora será la nueva reina.

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