Las 5 enfermedades más comunes de las abejas meliferas

Enfermedades más comunes de las abejas meliferas

Esta es una de las principales tareas de un apicultor.

Al verificar la salud de su colonia, su primera tarea es asegurarse de que el nivel de ácaros en sus colmenas sea bajo porque si supera el 3 o 4 por ciento, la colonia necesita tratamiento.

Es interesante notar que muchas de las enfermedades de las abejas están relacionadas con el estrés, por ejemplo, escasez de alimentos, clima húmedo, viviendas inadecuadas, etc., por lo que mantener felices a las abejas es la forma más fácil y natural de controlar las enfermedades.

Las 5 enfermedades más comunes de las abejas

Se sabe que la Nosema ataca a las abejas cuando por alguna razón están bajo estrés, por ejemplo, si el clima está frío y húmedo, como a principios de la primavera o cuando las colmenas se trasladan a un  nuevo pasto; o si se ha agregado una nueva reina a una colonia, o si su dieta es inadecuada, etc.


Los síntomas de la enfermedad no se observan fácilmente, especialmente en las primeras etapas, por lo que si sus abejas parecen apáticas y dejan de comer, todo lo que puede hacer es proporcionarles una dieta más nutritiva, por ejemplo, alimentarlas con miel y polen o suplementos de polen.

Algunos apicultores optan por tratar a las abejas con antibióticos a través de jarabe de azúcar, pero esta es una opción poco saludable y cara. Además de una dieta más nutritiva, asegúrese de que las abejas  tengan acceso a agua limpia y al sol.

2. Ascosferosis

Ascosferosis

La ascosferosis aparece si la colonia está estresada, por ejemplo, durante la escasez de alimentos o temperaturas variables. Si el clima es frío y húmedo, solo aumentará el estrés al que ya se encuentran. Sabrá que esta enfermedad está presente si las abejas comienzan a ponerse blancas como la tiza. 

No existe una cura o tratamiento químico para la enfermedad. Un buen manejo y abejas resistentes son las únicas soluciones. 


Para evitar la ascosferosis, trate de mantener colonias fuertes en la primavera, reemplace los panales de cría cada tres años; retire y destruya todo el panal de cría que tenga muchas larvas infectadas

Una de las formas de mantener el estrés al mínimo es proporcionando mucha comida y una nueva reina cada año.


3. Loque europea

Loque europea

Esta enfermedad también está relacionada con niveles elevados de estrés. 

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Sabrá que está presente si la larva cambia de color de amarillo a marrón y finalmente se vuelve negra. Para evitar esta enfermedad, mantenga el estrés al mínimo, proporcione alimentos adecuados, buena ventilación y mantenga las colmenas en un lugar soleado. 


4. Loque Americana 

Esta es una de las enfermedades más destructivas que pueden contraer las abejas. Puede evitarse mediante una inspección regular del nido de cría. Debe buscar patrones de cría irregulares o crías que no sean blancas o que tengan las tapas hundidas. Aísle estos marcos inmediatamente.


5. Ácaros varroa 

acaro varroa

Esta es la enfermedad de las abejas más extendida y destructiva. Hay diferentes formas de controlar estos ácaros, pero todas comienzan determinando qué tan grave es la infestación.
 

3 formas de proteger a las abejas de la varroa: 

  • Usar abejas resistentes a enfermedades, aunque no son fáciles de encontrar. 
  • Usar métodos mecánicos para mantener las plagas lejos de las colmenas. 
  • Uso de químicos. 


Hay muchas formas de tratar a las abejas contra la varroa y los tratamientos naturales son cada vez más populares. Constan de ácidos orgánicos y aceites esenciales. Estos métodos a menudo se denominan químicos ligeros o bioplaguicidas.

El tratamiento orgánico para la varroa suele ser con ácido fórmico que se aplica a finales de julio. El ácido fórmico es un componente natural de muchos alimentos, incluida la miel, y también está presente en las hormigas. Se ha observado que algunas aves colocan hormigas entre sus plumas en un intento de deshacerse de los piojos.


El tratamiento con ácido fórmico no afecta el sabor de la miel porque se aplica después de la cosecha, es decir, una vez extraída la miel de las colmenas.

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