Se trata de un parásito que puede considerarse benigno, ya que se nutre de miel que succiona directamente del aparato bucal de la abeja, y que normalmente no alcanza una presencia suficiente como para poner en peligro la colonia.
Se agarra al pelo que las reinas y las abejas tienen en el tórax, y se alimenta de ellas. Por ello, el marcaje de la reina es un instrumento útil a la hora de evitar que el piojo se aproveche de ella.
Si se produce una colonización importante, habrá que combatirlo con productos especiales a base de menta y eucalipto. El viejo método del tabaco debe considerarse superado.
Diagnóstico es posible verlo a simple vista
Cuando el apicultor lleva a cabo las revisiones de sus colmenas. Las abejas parasitadas, en especial las reinas, están inquietas, nerviosas, se debilitan y a intervalos sacuden las patas o se friccionan el cuerpo con las alas, a fin de desprenderse de los parásitos, pero sin éxito alguno.
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Tratamiento
- Vapores (humo) de tabaco
Se procede ahumar con tabaco la piquera y el interior de la colmena a través de la entre tapa y por debajo de ésta. Luego, se tapa nuevamente la colmena y se espera unos minutos para que el tabaco actúe sobre los piojos.
El efecto del tabaco adormece los piojos, por lo que estos se sueltan de su huésped y caen al piso de la colmena. Por lo tanto, o bien se cambia el piso una vez que el tabaco ha hecho su trabajo o se procede a protegerlo con una hoja de papel de diario, antes de comenzar el ahumado de la colmena.
- Naftalina
Con la naftalina se aplica en el fondo de la colmena y se procede de forma similar a tratamiento con vapores de nicotina.
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- Fenotiacina
La fenotiacina en dosis de tres gramos mata a los adultos, pero no a las larvas. Por lo tanto, se deben realizar tratamientos periódicos.