Como varroa se conoce comúnmente a un pequeño parasito, del tamaño aproximado al de una cabeza de alfiler, el cual ataca a las abejas en todas las etapas de su vida, causando daños gravísimos, que en ocasiones han llegado a la destrucción total de las colmenas de una región.
Esta plaga se conoce como parasito de las abejas productoras de miel desde 1950, pero su dispersión por todo el mundo ha sido tan rápida y devastadora que ya es considerada como el enemigo mas peligroso de las abejas y los apicultores
Daños que causa la varroa destructor en las abejas
Debido a su forma de plato ovalado, la varroa puede penetrar entre los anillos abdominales de la abeja y perforarle con su aparato bucal la capa blanda. con el fin de succionar su hemolinfa o sangre.
De esta forma, además del daño que causa directamente a la abeja, debilitándola, deja en su cuerpo múltiples picaduras, que permiten la entrada de virus y bacterias.
La presencia de varroa en una colmena causa diferentes daños, en niveles que varían según el grado de infestación, la cual al principio es generalmente muy baja, por lo que puede pasar inadvertida durante los dos o tres primeros arios.
En las fases iniciales de la infestación, las abejas parasitadas no presentan síntomas evidentes, pero las perdidas de sangre ocasionadas por la succión del acaro en los estados de larva, ninfa y adulto de la abeja, producen debilitamiento y acortan su periodo de vida.
En fases mas avanzadas, se presentan deformaciones en las alas que impiden a los insectos realizar vuelos normales, y a medida que la infestación progresa, los síntomas aumentan, causando daños severos en las abejas hasta producir su muerte.
En las abejas parasitadas, se observa alteración de su comportamiento social, en la forma de desorganización, nerviosismo y agitación sobre el panal.
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También se debilita y acorta el periodo de vida de las abejas adultas y merma su capacidad de trabajo, lo cual conduce a la disminución de sus actividades de limpieza y defensa de la colena, la recolección de néctar y polen, la producción de jalea real y miel, y la alimentación de las crías.
Esto ultimo ocasiona una reducción del numero de crías y que las sobrevivientes sean mas débiles que la generación anterior.
En grados extremos de parasitismo, se encuentran abejas con deformaciones evidentes, como abdomen corto y ausencia de alas, o que, inclusive, pueden no nacer, muriendo dentro de la celda. De esta forma, la población de la colmena disminuye paulatinamente, hasta desaparecer en su totalidad.