Hay tres castas de abejas melíferas en una colmena: Reina, Obrera y Zángano. Cada una de estas castas de abeja tiene sus funciones vitales y sus tareas concretas en una colonia.
La abeja reina en la colmena
Las abejas reina se diferencian de las demás abejas por sus abdómenes largos y sus alas pequeñas. El abdomen de la reina normalmente es liso, suave y largo, extendiéndose más allá de sus alas plegadas. En algún momento después de su nacimiento, salen a aparearse con 15 o más zánganos durante tres días antes de retirarse a la colonia a poner huevos.
La reina permanecerá en la colmena y no la volverá a abandonar salvo que esta requiera un nuevo hogar. La tarea de la reina es reproducirse. Normalmente es la única hembra reproductiva en la colonia, ya que hay una abeja reina en cada colmena. Pone sus huevos al principio de la primavera cuando las obreras traen el nuevo polen a la colonia. Continúa produciendo huevos mientras hay polen disponible.
La reina puede poner hasta 2.000 huevos cada día. La vida de una reina apenas excede de los 2-3 años, pero puede sobrevivir hasta 7 años. Las reinas más jóvenes pueden generar múltiples huevos y las más viejas pueden producir muchos zánganos. La mayoría de los apicultores reemplazan sus reinas cada uno o dos años.
Las reinas envejecidas y mayores son reemplazadas continuamente por las obreras sin ninguna ayuda.
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Cuando la colonia quiere otra abeja reina, se limita a seleccionar una larva sana que ya haya salido de un huevo de la reina existente y a darle jalea real (un producto especial y muy nutritivo) como alimento. La jalea real permite a la larva crecer convirtiéndose en reina. Un apicultor profesional puede criar buenas reinas, pero un principiante se limitará a comprar reinas buenas a un productor fiable. Las abejas reinas también producen una feromona llamada sustancia de la reina.
La combinación química se transmite individualmente de una abeja a otra por toda la colmena mientras comparten la comida. Si una abeja reina abandona una colonia, las obreras normalmente descubren su ausencia en horas al caer el nivel de esta feromona. La situación de falta de reina activa inmediatamente el deseo de conseguir una nueva reina de emergencia de entre las larvas más jóvenes disponibles (de 1-3 días de edad). Esta situación de emergencia puede asimismo limitar el desarrollo de los ovarios de las obreras.
Después de un periodo sin reina, algunas de las obreras pueden convertirse en obreras ponedoras. Las obreras también evalúan a su reina basándose en la cantidad de feromonas que produce. Si las obreras empiezan a obtener dosis pequeñas o inadecuadas cada día, pueden verla como una reina de baja calidad y empezar a prepararse para reemplazarla. Los apicultores normalmente marcan el tórax de la reina con colores para poder localizarla fácilmente y saber si ha sido reemplazada.
Abejas obreras
Las obreras son las abejas más pequeñas de la colonia y las más numerosas. Las obreras son hembras y normalmente incapaces de reproducirse. No son capaces de aparearse, pero en el caso de que no haya reina en la colonia las obreras pueden empezar a poner huevos no fertilizados, que posteriormente se convertirán en zánganos. Las abejas obreras comprenden aproximadamente el 99% de la población de abejas de cada colonia y son sus miembros más familiares.
El aguijón de la obrera tiene forma de gancho, así que cuando se ve obligada a protegerse a sí misma o a proteger la colmena, este se desprende si vuela para huir, porque se queda enganchado a la piel de quien sufre la picadura. Muere cuando se desgarra inevitablemente al separarse del aguijón enganchado. El aguijón abandonado continuará inyectando su saco de veneno en la víctima.
Las obreras tienen tres ojos sencillos u ocelos en el vértex y ojos compuestos completamente desarrollados a cada lado de la cabeza. Su lengua está bien desarrollada y se extiende para tomar el néctar de las flores. Las abejas obreras hacen prácticamente todo por la colmena. Desde el nacimiento de la obrera hasta su muerte, que se produce aproximadamente 45 días después, a la obrera se le asignan varias tareas a realizar durante las diversas fases de su vida.
Las abejas obreras realizan las siguientes funciones:
- Limpiar la colmena.
- Producir la jalea real usada para alimentar a su reina y su larva.
- Construir panales secretando la cera usada en la colmena y moldeándola en forma de hexágonos.
- Recoger la comida buscando néctar y polen, llevándolos a la colmena y convirtiendo el néctar en miel.
- Atender las necesidades de larvas y reinas.
- Tapar las celdas de las larvas maduras para que pasen a su fase de pupa y retirando detritos y abejas muertas de la colmena.
- Proteger y defender la colmena contra enemigos y conservar las condiciones óptimas de la colmena calentándola, enfriándola y aireándola.
Las obreras criadas durante la primavera y principios del verano viven entre cinco y seis semanas. En las dos primeras semanas de sus vidas se dedican a ser abejas caseras, realizando tareas en la colmena. El resto de su vida son abejas de campo, buscando alimento fuera de la colmena.
Zánganos
Los zánganos son las abejas macho cuyo propósito es aparearse y fertilizar a reinas jóvenes. Si tienen la oportunidad de aparearse, mueren poco después. Si no se aparean, pueden sobrevivir hasta 90 días. A los zánganos se los reconoce fácilmente en la colmena por sus grandes cuerpos redondeados y sus grandes ojos.
Son más grandes y robustos que las obreras. Tienen unos ojos grandes muy característicos que se unen en lo alto de sus cabezas y poseen antenas algo más largas que las de las reinas y obreras. Tienen reducida la parte de la boca. Los zánganos nacen de huevos no fertilizados y sus celdas son más grandes que las de las obreras.
Los zánganos se alimentan a sí mismos directamente con la miel de la colmena o consiguen comida de las abejas obreras. Se crían principalmente en la primavera y el verano, unas cuatro semanas antes de que se generen las nuevas reinas, asegurando así que haya suficientes zánganos preparados para aparearse con ellas.
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Normalmente su día se divide en tiempo para comer y tiempo para descansar y proteger los lugares de apareamiento a los que se llama áreas de congregación de zánganos. A medida que decrece la cantidad de comida accesible, la producción de zánganos se acaba deteniendo a finales del verano. Antes del invierno, las obreras normalmente expulsan de la colmena a los zánganos y la protegen para que estos no vuelvan.
Una colonia sin reina puede crear obreras ponedoras, que solo pueden producir zánganos. Cuando esto ocurre, la colonia está en una mala situación. Por tanto, la producción de zánganos sería el último paso para pasar la línea genética de la colonia apareándose con una reina virgen de otra colonia.
La colmena
Las abejas melíferas no crean una capa exterior que rodee su enjambre. Les gusta ocupar huecos como los de un árbol, un tronco caído y abandonado o una colmena artificial normal.
Aun así, construyen la parte interior de su colmena. Las abejas melíferas fabrican cera, que utilizan para construir unos excelentes pequeños hexágonos dentro de la colmena. A las aperturas más pequeñas se las llama celdas, donde las abejas guardan de todo, incluyendo huevos, polen y miel. Fabrican una sustancia llamada propóleo para cerrar y cubrir su colmena y asimismo para defenderla contra enfermedades. El propóleo incluye una mezcla de cera de abejas, resinas de plantas y miel. También es antihongos, antibacteriana y antiviral.
La cera es pegajosa y las abejas la usan para cubrir agujeros y aperturas que pueden aparecer durante el cuidado de la colmena y además esteriliza y protege su hogar. Debido a la gran población en la colonia, necesitan alguna forma de comunicación para entenderse.
Las abejas se comunican de dos maneras: por el olor y por el baile. Siempre que una abeja avisa a las demás de un enemigo o cuando las abejas dentro de la colmena están especialmente contentas pueden expeler un olor hormonal particular conocido como feromonas. Las abejas melíferas normalmente reconocen estos olores y entienden su mensaje. Una feromona de abeja contenta tiene una fragancia de limón y una de alarma una fragancia de plátano.
Una abeja que busca alimento y quiere avisar a sus hermanas de dónde conseguir néctar baila. Lleva a cabo unos giros y sacudidas peculiares que dibujan un mapa para indicar dónde consiguió el alimento.